jueves, 30 de noviembre de 2017

TREINTA PAJARES

En la agricultura de secano cerealista, la paja ha sido un producto secundario en relación con el grano, el principal bien. En el Alto Alfambra, también.


La paja ha tenido un gran provecho en la cultura ganadera. Mezclada con el grano del cereal o con otros forrajes (alfaz o pipirigallo), ha formado parte de la alimentación del ganado, tanto de los rebaños de ovejas y vacas como de los animales de labor. Se empleaba igualmente como cama del ganado estabulado en las parideras, corrales y cuadras recogiéndose, mezclada con los excrementos, para fertilizar los campos (fiemo) de secano o regadío. Y, en menor medida, también se ha empleado como material de construcción, tanto en la elaboración de adobe (poco común en la zona, por la abundancia de piedra) o en la de las cubiertas, en ambos casos mezclada con barro. En ocasiones, no se llegaba a trillar la mies y se recogía como balago para atar los fajos en la propia siega.

La paja tenía un gran valor, por eso había que guardarla y protegerla de la intemperie dentro de los pajares. Antaño, recogida con jabegas tras la trilla y el aventado, echada desde el carro por la puerta alta y amontonada tras pisarla. Después, conforme llegaron las cosechadoras y empacadora, como alpacas, siendo entonces mucho más capaces por la mayor compactación. 

Los pajares se construían cerca de las eras, junto a los pueblos, pero también cerca de los corrales donde se encerraba el ganado. Y en cada pueblo había muchos. A veces agrupados e incluso adosados como estos de Allepuz ...

Pajares y eras de Allepuz. Foto: Rosa Pérez
Otras veces juntos pero separados unos de otros, como estos de Ababuj ...


Con su puerta en alto por donde se metía la paja desde la era  y con su puerta bajera desde la que se sacaba para su consumo. Y, por lo común, con el tejado a un agua. De dimensiones variables, en función de las posibilidades económicas de la familia. Casi todas de unos tres metros de altura y de una anchura variable, pero, en general, eran edificios pequeños, de una veintena de metros cuadrados.

Muchas cosas han cambiado en la actividad agraria en el último siglo en el Alto Alfambra. La ganadería extensiva ha perdido peso, la agricultura lo ha ganado mecanizándose, intensificándose y especializándose en el cereal. Las explotaciones medias son más extensas que las de las casas grandes de antaño. Pocos agricultores para, más o menos, la misma superficie. La paja, no tiene el valor que tenía, pero aún tiene su importancia. Y se recoge. Pero ya no en pajares.

Algunas modernas explotaciones ganaderas guardan las alpacas, en gran número, bajo cubiertos abiertos. Pero, en la mayoría de los casos, la paja se deposita al aire libre en las eras o en yermos cercanos a algún camino. Su bajo precio, no hace que peligre por robos, tan comunes en el medio rural, por otro lado. Estos son los nuevos pajares.

Alpacas de paja en las eras de Galve
En uno de los pueblos más cerealistas del Alto Alfambra dimos con uno de estos nuevos pajares ...


Docenas y docenas de alpacas de sección rectangular se apilaban ordenadamente en un montón sobre un yermo. Bueno, en realidad no era un montón sino tres separados por estrechos pasillos.


Me dio por contar las alpacas. Setecientas ochenta. 

Y el volumen de paja empacada. Mil setecientos cincuenta y cinco metros cúbicos, más o menos.


Y me dio por comparar ese volumen con el de los antiguos pajares. Los más comunes tenían unos 60 metros cúbicos de capacidad. Es decir, en esta hacina (fajina le llaman en algunos pueblos de Teruel) cabían la paja que antes llenaría (bien apretada) en treinta pajares.

lunes, 27 de noviembre de 2017

UN TESORO ESCONDIDO EN LA ROCA

Descenso desde la cima del Peñarroya hasta los Caños de Gúdar siguiendo el valle abierto por el río Blanco. Enfrente, la Solana de La Hoz. Nosotros seguimos la pista que baja por la umbría del monte donde se encuentra el Cerrado de Valentín. Se trata de una escarpada y rocosa ladera de casi doscientos metros de desnivel que conecta una muela con el fondo del valle.

Las rocas que afloran en la superficie del valle son materiales sedimentarios químicos depositados por la precipitación de carbonato cálcico disuelto sobre caparazones de moluscos y sobre limos en mares cálidos y poco profundos carbonatados durante el Cretácico. Predominan las calizas, las margas y las dolomías.

En concreto, el peñasco junto al que pasábamos estaba formado por dolomías. Una roca sedimentaria de origen químico, suele producirse a partir de calizas sometidas a la acción de flujos que modifican su composición aportándole magnesio en ambientes marinos de escasa profundidad. Es pues, un carbonato de calcio y magnesio.

En las paredes del peñasco crecían interesantes plantas y nos detuvimos a observarlas con detalle. Allí mismo, las máquinas habían ensanchado la pista a costa del peñasco que aparecía roto dejando a la intemperie sus grietas y cavidades. Unas piedras habían quedado junto a la cuneta de la pista. Unas piedras con unos huecos que contenían un secreto tesoro. 


Era una geoda. Los huecos presentes en las dolomías estaban tapizados por unos finísimos cristales laminares de color blanco y de dimensiones centimétricas. Parecían alguna variante de calcita, aunque no presentaba el hábito romboédrico propio del espato de Islandia. Su origen debió de ser el bicarbonato cálcico que estaba disuelto en el agua que empapaba la roca y que rellenaba los huecos que, tras un lento proceso de precipitación y la presencia de espacio para crecer, permitió la formar cristales.


Los cristales se disponían de una doble manera. Por un lado, en algunas partes de la geoda se presentaban con sus láminas paralelas entre sí, como las escamas de los peces. En otras, estaban intercalados unos con otros llegando a formar maclas y ofreciendo un aspecto tan desordenado como hermoso.


En muchos de los pueblos de la Sierra abundan las leyendas que aseguran la existencia de tesoros escondidos en grutas y que han sido intensamente buscados. Tal vez los tesoros no sean monedas o joyas, sino estas diminutas bellezas que ha formado la Naturaleza a lo largo de los siglos. 

viernes, 24 de noviembre de 2017

EL PARQUE CULTURAL DEL CHOPO CABECERO DEL ALTO ALFAMBRA. ANTECEDENTES

La Plataforma Aguilar Natural, asociación radicada en Aguilar del Alfambra, elaboró en 2009 el documento Borrador de Proyecto del Parque Cultural de los chopos cabeceros del Alto Alfambra.


El ámbito territorial de este proyecto era el comprendido por los municipios que recorre el citado río y sus afluentes en cabecera (ríos Sollavientos, Seco y Penilla), siendo Gúdar, Allepuz, Jorcas, Ababuj, Aguilar del Alfambra, Camarillas, Galve, El Pobo, Monteagudo del Castillo y Cedrillas. 

Esta iniciativa partía del convencimiento de que:
  • En los citados municipios existe un excepcional patrimonio, peculiar, poco conocido, muy valorado por sus habitantes y con riesgo en su perpetuación: el de los chopos cabeceros.
Estrechos de Aguilar del Alfambra
  • Dicho patrimonio cuenta con una relevancia más que suficiente para ser el eje central de una figura como la de los Parques Culturales de Aragón, y que merece que así sea debido a su valor diferencial respecto de otros parques culturales existentes.
  • Junto a este patrimonio paisajístico concreto, existen otros de excepcional valor, tanto material (arquitectónico, artístico, arqueológico, paleontológico), natural (espacios naturales pertenecientes a la Red Natural de Aragón, lugares de interés geológico, etc.) como inmaterial (tradiciones orales, habla, folclore, etc.), que también merecen estar integrados en el parque cultural.
Castillo de Cedrillas
  • La creación de un Parque Cultural es compatible las actividad agrarias tradicionales pues de hecho, son estas las que han creado dicho paisaje cultural y, al mismo tiempo, con otras figuras de carácter ambiental como Arboleda Singular, Paisaje Fluvial o Paisaje Protegido.
  • La organización de un Parque Cultural que reconozca estos valores es una oportunidad para generar actividad económica y aumentar las expectativas de futuro de dichos pueblos.
  • La creación de estas nuevas expectativas de futuro en el orden económico y social debe pasar necesariamente por la convivencia y el respeto hacia las actividades económicas existentes, particularmente las agrícolas y ganaderas tradicionales —en su condición de mantenedoras del territorio y de sus valores paisajísticos—, y las empresas de naturaleza endógena.
Ganadería extensiva de ovino en los páramos de Ababuj
  • Las nuevas actividades económicas vinculadas a la creación de un Parque Cultural no solo deben traducirse en la promoción de las actividades turísticas —deseables y necesarias para diversificar las economías—, sino en su integración en la medida de lo posible con las actividades tradicionales existentes y en una decidida apuesta por la investigación científica y la gestión del territorio, con el fin de convertir a nuestros pueblos en una referencia al respecto.
Por su valor diferencial y su singularidad, se eligió como eje central para la propuesta de Parque Cultural el paisaje de los chopos cabeceros del Alfambra y su sistema hidrográfico.


Históricamente, sobre los suelos arcillosos del valle del Alto Alfambra, se ha constituido un paisaje peculiar y típico del sur de Aragón: bosques fluviales adehesados formados principalmente por chopos (Populus nigra) trabajados mediante la escamonda. Es en la diferencia que va del Populus nigra como especie natural al chopo cabecero como árbol trabajado, donde se sustancia el doble valor de estos árboles: cultural y ambiental. Un doble valor que ha conformado a lo largo de los siglos un paisaje característico en numerosos municipios, de gran valor, belleza objetiva y enorme potencial, y que se encuentra íntimamente ligado a la historia y a la vida cotidiana de los pueblos. Un paisaje que, además, es un capital, un bien en sí mismo.

Dehesa fluvial en Aguilar del Alfambra
Por tanto se propuso como núcleo fundamental del Parque Cultural un bien singular en Aragón y en el resto de España, que urge reconocer para garantizar su perpetuación y que corresponde a una tipología patrimonial que hasta el momento no ha sido objeto de reconocimiento dentro de este tipo de figura, lo que refuerza su carácter novedoso, único y peculiar que sirve de bandera de enganche y promoción: el paisaje, entendiendo como tal el medio natural transformado por el ser humano en función de sus necesidades, conformado por dehesas fluviales.

Este tipo de paisaje puede ser denominado “paisaje cultural rural” en contraposición al “paisaje natural”, aquel que se define por la nula o escasa antropización, o al paisaje cultural urbano o industrial, pero que están altamente antropizados.

El paisaje de los bosques de ribera con chopos cabeceros, tuvo su origen en las necesidades de sociedades campesinas preindustriales, y conforma una estampa particular y querida que forma parte de la propia identidad de los habitantes e hijos de los pueblos del sur de Aragón, y concretamente del Alto Alfambra, cuenca que condensa las masas de chopos cabeceros más importantes por su cantidad y calidad de Europa.

Cabecera del río Seco, en Monteagudo del Castillo
Se entiende que un paisaje cultural, a pesar de lo novedoso que pueda resultar, puede formar parte de un Parque Cultural y ser su valor central. Para demostrarlo se recuerdan argumentos planteados (Bernad, 2001)

“El Convenio Europeo del Paisaje ha definido paisaje cultural como aquel en el que la transformación de una parte de naturaleza es resultado de la intervención del hombre, quien lo configura de acuerdo a sus particulares conceptos de cultura, comprendiendo ésta las actividades humanas en el amplio sentido de la palabra. Se entiende ese paisaje natural como resultado de un proceso continuo de modificación por el hombre, es decir, una manifestación más de la cultura; por tanto, se considera el patrimonio natural como parte consustancial del paisaje cultural, dentro de una concepción amplia del término patrimonio".

Este tipo de patrimonio tiene cabida en la Ley de Parques Culturales de Aragón de 1997.

El valor cultural de las choperas de álamo negro trasmocho del territorio del Alto Alfambra se complementa con los valores ambientales que reúnen los ecosistemas, generalmente agrosistemas, en los que se ubican y en los sistemas fluviales de los que dependen. 


Paisaje primaveral en el valle del río Sollavientos (Allepuz)
Y también con los patrimonios arquitectónico (religioso, obras de ingeniería civil-monumental, arquitectónico civil-popular), arqueológico, paleontológico, etnológico y cultural y paisajístico-natural del Alto Alfambra. 

Camino de los Pilones (El Pobo)
Debemos, además, este proyecto entendió que un Parque Cultural no es solo un medio para proteger y perpetuar el patrimonio diferencial de sus municipios, es al mismo tiempo una oportunidad para generar actividad económica y aumentar las expectativas de futuro de nuestros pueblos. Por esta razón, los objetivos del Parque Cultural no son sólo de índole patrimonial, también lo son en igual de importancia, económica, social y ambiental.

Este borrador fue presentado a finales de 2009 los representantes municipales de las localidades incluidas en el territorio afectado. Varios meses después fue respaldado en los consiguientes plenos municipales de ocho de los municipios, así como por la Comarca Comunidad de Teruel.

Ese mismo año se inició la publicación de una serie de artículos de opinión con frecuencia quincenal en "Diario de Teruel". Tenían como objetivo explicar los valores que reúne el paisaje cultural de chopo cabecero del Alto Alfambra y argumentar las razones existentes para declarar esta figura de protección patrimonial sobre este territorio. Estos son los títulos y los autores de los artículos:

  • ¿Por qué un Parque Cultural en el Alto Alfambra? (Ivo Aragón).
  • ¿Banalidad o dignidad? (Alejandro Pérez).
  • Los árboles trasmochos en Europa (Chabier de Jaime).
  • Sobre la biología del chopo y el papel de la escamonda (Fernando Herrero).
  • Un refugio para la fauna (Angel Marco/Gonzalo Tena).
  • Formación del paisaje del Alto Alfambra (Ivo Aragón y Ángel Marco).
  • Ríos, acequias, fuentes y chopos (Alejandro Pérez).
  • El uso tradicional del chopo cabecero (Chabier de Jaime).
  • El paisaje como seña de identidad (Sergio Benítez).
  • Un lazo indisoluble: Patrimonio cultural y paisaje (Lucía Pérez).
  • Troncos viejos, ramas nuevas (Antonio Castellote).
  • El río, los chopos y los sentimientos (Julia Escorihuela).

En enero de 2011 comenzó una segunda serie de artículos con los mismos objetivos aunque con diferentes temas incidiéndose más en las implicaciones administrativas, sociales y económicas. Los títulos y los autores fueron los siguientes:

  • Los chopos en la memoria de los pueblos (Pilar Sarto).
  • La evolución histórica de un paisaje (Emilio Benedicto).
  • Un paisaje forestal único (Chabier de Jaime).
  • Los árboles trasmochos en el arte (Dominique Mansion).
  • Arcilla y sangre (Toni Losantos).
  • Árboles centenarios, monumentos vivientes (Ted Green) .
  • La calidad de un paisaje: los valles con chopos cabeceros en Teruel (Paloma Ibarra).
  • Chopos, regadíos y paisajes (Alejandro Pérez).
  • El aprovechamiento del chopo en la construcción (Tomás Guitarte).
  • El encaje legal del Parque Cultural (Ivo Aragón).
Posteriormente fue presentado al Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Tras su análisis por los responsables de dicha institución se concertó una entrevista en diciembre de 2013 entre el D. Javier Callizo, Director General de Patrimonio Cultural y una comisión promotora de dicho Parque Cultural constituida por el Presidente de la Comarca Comunidad de Teruel), el Alcalde de Aguilar del Alfambra, un representante de la Plataforma Aguilar Natural y un investigador del Centro de Estudios del Jiloca. En dicha reunión el Director General coincidió en que había suficientes argumentos que justificaban la creación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, pero igualmente indicó que la difícil situación económica imposibilitaba la creación de un nuevo parque, por lo que animaba a conseguir una fuente de recursos económicos entre la sociedad civil o en las empresas para ponerlo en marcha.

Folleto informativo de la propuesta de Aguilar Natural
En junio de 2014, la Plataforma Aguilar Natural presentó en el marco de XVI Poborina Folk (Festival de Músicas con Raíz) celebrada en la loclidad de El Pobo (Teruel) el folleto titulado "El Parque Cultural del Chopo Cabecero. Un proyecto desde el territorio" en el que explicaba en qué consiste dicho proyecto de parque cultural, cuáles son sus objetivos, cuál es la utilidad de dicho proyecto para el paisaje del Alto Alfambra, resuelve las dudas sobre los posibles conflictos con los intereses de agricultores o ganaderos e informa en qué situación se encontraba.   

En diciembre de 2015, una comisión formada por D. Joaquín Juste (Vicepresidente de la Diputación Provincial de Teruel), D. Adolfo Rodríguez (Consejero de la Comarca Comunidad de Teruel), D. Enrique Galindo (Alcalde de Aguilar del Alfambra) y representantes de la Plataforma Aguilar Natural y del Centro de Estudios del Jiloca se reunió en Zaragoza con D. Ignacio Escuín, Director General de Cultura y Patrimonio, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón solicitando la consideración de declarar Bien de Interés Cultural Inmaterial al saber popular que ha generado el paisaje cultural del chopo cabecero e informándole de las gestiones realizadas en el pasado para la creación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

En mayo de 2016, D. José Antonio Andrés (Jefe de Sercicio de Prevención, Protección y Conservación del Patrimonio Cultural), Dª María Peña (Jefa de Sección de Protección de Patrimonio Cultural) y Dª Delia (Facultativo de Patrimonio Cultural) visitaron la ribera del Alfambra reuniéndose en Aguilar con representantes municipales de varias localidades, de la Comarca Comunidad de Teruel y con representantes de Aguilar Natural y del Centro de Estudios del Jiloca. En la misma, los técnicos ratificaron los argumentos presentados para declarar Bien de Interés Cultural Inmaterial al saber popular que ha construido este paisaje cultural mientras que los representantes municipales mostraron interés en la declaración de parque cultural para este territorio.

El primer paso fue dado en el otoño de aquel año. Así, el 30 de noviembre se publicó el Decreto 175/2016, por el que se declaraba la cultura del Chopo Cabecero en el sur de Aragón como Bien de Interés Cultural Inmaterial.


Cartel de los actos celebrados en Galve y Aguilar del Alfambra en mayo de 2017

Y, en mayo de 2017, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón organizó un acto en Aguilar del Alfambra en el que, ante un nutrido público formado por representantes municipales y vecinos de los pueblos de la contornada, representantes de otras instituciones y de diversas asociaciones, D. Ignacio Escuín propuso la creación Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

Acto celebrado en el Aguilar del Alfambra
En junio de 2017, en plenos municipales de los Ayuntamientos de Ababuj, Aguilar del Alfambra, Allepuz, Camarillas, Cedrillas, El Pobo, Galve, Gúdar, Jorcas y Monteagudo del Castillo se realizaron acuerdos plenarios expresando la intención de formar parte del futuro Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Unas semanas después, solicitaron formalmente al Gobierno de Aragón la creación de dicha figura legal de promoción cultural enviando para ello un proyecto para su estudio y consideración.

El pasado viernes, 17 de noviembre de 2017 fue publicada la Orden ECD/1804/2017, de 3 de octubre, por la que se incoa expediente de declaración del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra (Teruel) en el Boletín Oficial de Aragón.


Este proyecto cultural inicia su singladura ...

domingo, 19 de noviembre de 2017

VERDADERA, VERDADERA: LA SEGUNDA RECUPERACIÓN DEL DANCE DE JORCAS

Corría el mes de julio del año 2010 de nuestra Era veloz. Desde hacía algunos meses, tres mujeres y un hombre dábamos vueltas a la idea de crear una Asociación Cultural. Con nuestros propios medios, es decir, sin dinero, montamos un humildísimo mes de actividades echando mano también de familiares y amigos. Dentro de ese programa estaba la exposición fotográfica que desencadenó esta historia en un pueblo de Teruel cuyo nombre sí quiero recordar: Jorcas. 

1981-2017, Plano de Jorcas y su contornada.(Original: L. P. G.-O.)

Habíamos preparado un “mes cultural” cuyo presupuesto fueron 60 € para todo y lo cumplimos, si no del todo, mucho más que a medias. 

2010, Jorcas. Cartel para “Mes Cultural” (Original: L. P. G.-O.)
En la sala del Ayuntamiento, un adolescente de rostro imberbe miraba los sorprendidos retratos de animales mientras aparecían y se escondían otras imágenes en la pantalla de un ordenador al compás de una música: Es una de las melodías del Dance de Jorcas, que había aquí. Hay un librito en la biblioteca…si quieres leerlo…-dije. Sí, me interesa -respondió David y lo cogió prestado. Pocos días después me volvió a preguntar: ¿No podríamos hacerlo otra vez? –se refería al Dance- Estaría chulo. Podríamos…si hubiera diez o más chicos y chicas como tú dispuestos… contesté. 

Viñetas para vídeo didáctico: El Dance (Originales: L.P. G.-O., 2014)

Conversamos un poco más sobre lo que ocurrió treinta años atrás: Lo hicimos una vez después de haberse interrumpido en la década de 1920 y hacía tantos años que, de aquellos adolescentes que lo bailaron o de las personas que lo habían visto entonces, sólo vivían cuatro o seis ya ancianas –dije a David- Para ellos, verlo otra vez y ejercer como insustituibles maestros de quienes nos empeñábamos en recuperarlo fue una experiencia emocionante, inenarrable. Y para los demás también. 

Eché atrás la memoria y continué: Aquella mañana de 1981 nadie se daba cuenta de que estaba viviendo una ocasión única y extraordinaria. O tal vez sí, porque todos los pormenores de su celebración se recogieron en el libro que has leído, por si acaso… 

Jorcas, 15 agosto, 1981 (Foto: Julio Alvar)

Jorcas, 15 agosto, 2011 (Foto: Alberto Galindo)
Ahí empezó todo. Al marcharse David, montó en su bicicleta la ilusión. ¿Y si lo intentáramos de nuevo? Por si acaso -¡siempre el por si acaso!- fuimos dejando caer entre adolescentes y niños la importancia que había tenido un siglos atrás, sus características, lo que conocíamos de sus inicios históricos…Y nos dieron la apasionante lección de parecerles interesante y tomar la iniciativa que nos empujó a organizar de nuevo el Dance. Septiembre abrió un tiempo de espera y, mientras el otoño se anunciaba de parte a parte, a mitad de una carta a José Antonio Labordeta contándole estas cosas, se fue de viaje al país de Siempre jamás. Quizá aquel primer impulso sobre el dance había sido algo más que el veleidoso entretenimiento juvenil. Consultamos con José Manuel Ros, nuestro indiscutible e insustituible dulzainero, su participación. Emocionado dijo: ¡¡¡¡Sí!!!! Durante años había ido aprendiendo las melodías del Dance por si acaso llegaba este momento. 

Jorcas, 2010. Ensayo de los danzantes con gaiteros. (Foto: J.L. Argudo Périz)
Siempre, a cada paso, el “por si acaso” hizo que empezáramos escribir un nuevo texto en verso, desde luego, y a pensar más allá de los problemas económicos que, con nuestra dilatada experiencia como “pobres de solemnidad”, tenían una importancia muy, muy relativa, casi inexistente frente a otros. …

Que no olvidéis a estos pueblos 
cuando estéis en la ciudad
Que os unáis a los que están
luchando por la provincia
para alcanzar igualdad
en desarrollo y servicios
propios de una sociedad
que se llama de primera,
pero se ha de encomendar
a los santos de los cielos,
mientras el cuerpo le aguante,
para vergüenza y oprobio 
de gobiernos y magnates.(Pausa)

          Jorcas: La historia de su Dance en el siglo XXI. Edición limitada en CD. 50 ejemplares, 2010. Fragmento del texto representado en Jorcas el 15 de agosto, 2011. 

De repente Diego, uno de los chicos, colgó en Twitter la propuesta: ¿Quién se apunta al dance? y decidió ser interlocutor entre dos generaciones. Enseguida encontró la respuesta de muchas y muchos que “Por Jorcas MA-TAN”: Candela, Marta, Neus, Olga, Tamara, Mª Jesús, Pau, Miquel, Sergio, Santi, Pablo, Pedro, Olmo y él. Serios, cada uno con lo mejor de sí mismos, ilusionados y divertidos, preocupados buscando hasta el último detalle, responsables como jamás lo estarían otros de más edad, ya lo ven: con su esfuerzo hicieron posible una utopía y su fuerza nos ha reencontrado. 

Póster del Dance a San Pedro mártir de Jorcas, 2012 Edición limitada, 20 ejemplares (Original: L. P. G.-O.)

Seguramente las grandes historias son tan grandes que no es posible escribirlas. Vivirlas es un privilegio que surge, casi siempre tímidamente, como algo natural, sin darse importancia. Así crecen, se hacen parte de la realidad y sólo al cabo del tiempo nos damos cuenta de su verdadera dimensión.

Jorcas, 15 de agosto, 2011 (Fotos: J. L. Argudo Périz)

Porque de las grandes historias suelen ser protagonistas ciudadanos de a pie de cualquier edad, sexo, condición, creencia y origen que cálidamente regalan parte de su tiempo libre y sus esfuerzos en favor de la comunidad, sin esperar otro reconocimiento que el de ver una sonrisa en los demás o la emoción de un buen rato, sin cobrar a cambio de ello un céntimo o incluso gastando dinero de su propio bolsillo. Esta de hoy es una de esas historias y quizá, escribiendo los nombres de sus protagonistas en estas pocas páginas, podamos ser capaces de retenerla en la memoria y medir en el futuro su importancia. 

Si algo ha de emocionarnos es saber que fueron los más jóvenes entre los jóvenes quienes dieron esa lección de generosidad volviéndonos a poner en el disparadero y, con la limpia frescura que devuelve a la vida su razón de ser, fueron capaces de hacer algo con verdadero alcance nacional por Jorcas y el Patrimonio Cultural, Precisamente ahora, que ya empieza a hablarse sin tapujos de desaparición administrativa y demográfica de muchos municipios como el nuestro, se alzaron convirtiéndose en un clamor grandioso de humana y profunda rebeldía.


Diego Loras       Olmo Pérez
 Marta Loras        Sergio Villarroya
Olga Carlos        Santiago Villa
Candela Pérez        José Manuel Ros
 Pedro Sagüesa      Pablo Izquierdo
 Neus Sangüesa       Miquel Aragón
 Tamara Ródenas      Mª Jesús Villa
 David Pérez           Pau Aragón. 


Jorcas, 15 de agosto, 2011. La plaza después del Dance (Foto: J. L. Argudo Périz)
Lucía Pérez García-Oliver

miércoles, 15 de noviembre de 2017

EL PAISAJE CULTURAL DEL CHOPO CABECERO DEL ALTO ALFAMBRA SE PRESENTA EN MADRID

La sierra de Guadarrama presenta un paisaje ganadero forjado durante siglos por el aprovechamiento de los fresnos gestionados mediante el trasmocho en ambientes de dehesa y de campos cercados.  Este manejo, tan productivo como sostenible, ha creado un paisaje cultural e histórico que, además, ofrece hábitat a una compleja comunidad biológica, en la que participan especies amenazadas. 

Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
El pasado día 8 de noviembre se celebró en la ETSI de Montes de Madrid el Seminario "El Fresno Trasmocho" organizado por el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, la Universidad Politécnica y la Comunidad de Madrid. 


Fuimos invitados a exponer las investigaciones, las actividades de difusión y los trabajos de gestión que los chopos cabeceros que se han realizado durante los últimos años en el sur de Aragón y, especialmente, dar a conocer la figura de Bien de Interés Cultural Inmaterial y el paisaje cultural del chopo cabecero del Alto Alfambra. 


Nos sorprendió el conocimiento que los investigadores de las universidades de Madrid (Politécnica y Autónoma) y que los gestores ambientales de la Comunidad de Madrid tienen de la cultura del chopo cabecero en Aragón.

El seminario abordó la caracterización y distribución potencial de las fresnedas trasmochas en la Comunidad de Madrid, la biodiversidad silvestre que alberga, la caracterización de sus pastos, el patrimonio paisajístico y cultural, así como la selvicultura. 

Las dehesas de fresnos trasmochos y campos cercados de la sierra de Guadarrama como las riberas de chopos cabeceros de la provincia de Teruel son paisajes agrarios que tienen una gran singularidad y múltiples rasgos comunes entre los que destaca su valor etnológico, histórico, paisajístico y de interés para la vida silvestre.

lunes, 13 de noviembre de 2017

CARTA A JUANA DE GRANDES

Querida Juana: 

Juana de Grandes. Foto: Jaime Galindo (El Periódico de Aragón)
El 21 de octubre de 2017 celebramos en Jorcas y Allepuz la IX Fiesta del Chopo Cabecero, en esta ocasión con el Parque Cultural del Alto Alfambra en el horizonte. 


El paseo por la ribera del río Alfambra hasta la Masía de las Pupilas paseando por un precioso bosque de ribera de chopos cabeceros enmarcado en un paisaje de cultivos, pastos y masías que caracteriza al Alto Alfambra, con las explicaciones y la demostración de escamonda de un chopo cabecero, se desarrollaron en Allepuz y la comida y el resto de actividades fue en Jorcas: Inauguración de la exposición fotográfica y fallo y entrega de premios del “IV Concurso de Fotografía sobre el Chopo Cabecero” ; información sobre la tramitación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra y entrega del título “Amigo del chopo cabecero 2017”.


Fue emocionante pasear por las calles de Jorcas, como lo hicisteis muchas veces José Antonio y tú, cantando en las iniciativas de ¡Salvemos Teruel!, empujando, como siempre. 


Nos encantó ver la calle dedicada a él ...


el grafiti de la entrada del pabellón ... 


y sobre todo cantar allí, en Jorcas, el “Somos como esos viejos árboles” que se ha convertido en el himno de nuestra fiesta y que en esta ocasión fue cantado por las cuatrocientas personas del pabellón.

José Antonio, en el prólogo al libro "Ruta Al-ambra. Viaje cósmico por el valle del Alfambra" de Manuel Pascual, escribía en 1996:

" ... Y en este cambio de tiempo a mí me dio por seguir con las canciones de un lado a otro y algunos de estos pueblo -Jorcas, sobre todo_ se transformaron, con sus escasos sesenta habitantes, en faro y guía de muchas de mis canciones y de mis actitudes vitales. Nunca podré olvidar la primera vez que canté en la plaza de este pueblo y prendidos en los muros de sus casas aparecían casi todos los nombres de los pueblos del valle del Alfambra. Y hasta este verano del noventa y seis he vuelto a sentir el corazón íntimo de las gentes increíbles de este pequeño y entrañable lugar"

Te aseguramos, Juana, que en esta ocasión José Antonio se paseó por las mesas e insufló energías colectivas. 


Como dijo Rob McBride, al que entregamos en esta edición el título “Amigo del Chopo Cabecero 2017” por su faceta de estudioso y divulgador inglés de los árboles viejos y por su trayectoria de promoción del chopo cabecero en Europa: “Dos que se conocen debajo de un árbol viejo, son amigos para toda la vida”. 

José Antonio fue amigo de muchos, paseó campos y veredas y se nos ha quedado dentro, en el corazón… el día 21 en Jorcas fue palpable; hubo más de una lagrimita viendo un pabellón lleno de gente cantando con fuerza:

¡Vamos a echar nuevas raíces por campos y veredas, para poder andar, 
tiempos que traigan en su entraña esa gran utopía que es la fraternidad.

Somos igual que nuestra tierra suaves como la arcilla duros del roquedal, 
hemos atravesado el tiempo dejando en los secanos nuestra lucha total.

Vamos a hacer con el futuro un canto a la esperanza y poder encontrar
tiempos cubiertos con las manos los rostros y los labios que sueñan libertad!

Una vez más, en esta ocasión en Allepuz y Jorcas, hemos podido disfrutar de la seña de identidad aragonesa que son nuestros chopos cabeceros. Los objetivos de la fiesta: aprender a querer, valorar y defender nuestro patrimonio, conociéndolo y poner en común la problemática y las acciones que se están llevando a cabo, además de la labor de sensibilización para poder reivindicar su conservación y soñar de forma colectiva un futuro mejor, se han cumplido gracias a todas las personas implicadas en la fiesta y tú, Juana y José Antonio habéis estado en todas nuestras fiestas, especialmente en esta novena edición con el Parque Cultural en marcha, un buen inicio que abre ventanas de esperanza y futuro. 

Juana de Grandes y José Antonio Labordeta en Bilbao. Foto: Maika Salguero (El Correo)

En nombre de todos los asistentes y de los organizadores de la Fiesta ... ¡Muchas gracias! 

Octubre 2017.

jueves, 9 de noviembre de 2017

SEGUIMIENTO DE MARIPOSAS EN LA SIERRA DEL POBO

Las mariposas forman uno de los grupos de insectos más populares. Su hermosura, dinamismo, ligereza y fragilidad siempre nos ha llamado la atención a las personas, sobre todo a los niños. Coleccionar mariposas suele ser (solía, pues los tiempos y la sociedad cambian) una de las maneras de acercarse al conocimiento de los insectos y, en ocasiones, a la vida silvestre. Las mariposas son animales que no pueden faltar en nuestro imagen mental del campo y del monte primaveral. 

Colias crocea. Valle de la Salobreja (Monteagudo del Castillo)
Pero, al mismo tiempo, las mariposas son unos insectos que tienen un complejo ciclo biológico en el que existen cuatro fases: huevo, larva (oruga), crisálida (pupa) e imago (la forma adulta). La dieta de las orugas y la de los adultos no suele coincidir. Y, por otra parte, existe una estrecha especificidad entre las especies de mariposa y de planta nutricia. 


El planeta está inmerso en un periodo de cambio. Siempre lo ha estado. Pero, en los últimos siglos, la transformación humana de los ecosistemas ha sido muy intensa y muy rápida, en términos de tiempo geológico. Los cambios pueden tener lugar a diferentes escalas. Cambios locales, por transformación de ecosistemas maduros, por aporte de sustancias tóxicas o por abandono de prácticas agrarias tradicionales, por citar algunos casos. O cambios globales, por introducción de especies exóticas o por alteración del clima a gran escala. 

Y, ante estos cambios, las comunidades biológicas responden. Algunas especies se ven beneficiadas, otras pierden oportunidades y disminuyen sus efectivos. Casi todas ajustan su distribución geográfica a las nuevas condiciones del medio.

Hacer un seguimiento durante varios años de las poblaciones de mariposas en un determinado paraje ofrece una pequeña ventana a los cambios ecológicos que operan en este espacio a nivel local (meteorología, usos del suelo, etc.). Pero, si este seguimiento se realiza en muchos lugares al mismo tiempo, se puede disponer de una visión más amplia de estos procesos a escala espacial. Y si, además, estos seguimientos se desarrollan durante varias décadas, se consigue extender la escala temporal. Es decir, conocer mejor lo que está ocurriendo en la Biosfera. Algo que interesa a los científicos y al resto de la sociedad.


Hace más 40 años se iniciaron los programas de seguimiento de las poblaciones de mariposas en el Reino Unido extendiéndose desde entonces por el resto de Europa. En esencia, se trata de realizar un recorrido a pie y de forma periódica a través de un determinado paraje registrando el número de ejemplares de cada una de las especies de mariposas diurnas observadas. Años después se constituyó el Butterfly Monitoring Scheme (BMS) proponiendo un mismo protocolo a la hora de realizar los recorridos, obtener y analizar los datos, así como expresarlos en forma de indicadores para evaluar las tendencias de las poblaciones.


En la península Ibérica y siguiendo el modelo británico en 1994 se pone en marcha BMS Catalunya, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya. En 2014, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, de la Estación Biológica de Doñana y aficionados a la Entomología crearon BMS España animando a participar a naturalistas voluntarios en este proyecto internacional de ciencia ciudadana. Y ese mismo, el Alto Alfambra se sumó a dicho dicho proyecto de la mano del naturalista Ángel Marco a partir de la creación de un recorrido en la vertiente oeste de la sierra del Pobo.


En concreto, el recorrido se realiza en una finca del Gobierno de Aragón (en el paraje de El Portichuelo) que dedica a aprovechamiento por el ganado vacuno de la raza Serrana Turolense.


Este espacio natural está declarado como Lugar de Interés Comunitario Castelfrío-Mas de Tarín (ES 2420038) dentro de la red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea (Red Natura 2000).


Se trata de un itinerario de 2.900 m de longitud que atraviesa ocho sectores que corresponden con otros tantos tipos de ambientes naturales. La tarde del pasado 11 de septiembre Ángel tuvo a bien dedicarme un rato para mostrarme el lugar y, sobre todo, la metodología en la recogida de datos. No era la mejor hora y el día era demasiado ventoso, poco favorable para la actividad de estos insectos. Por ello, realizamos completo el transecto pero no registró los datos para el estudio.

Comenzamos siguiendo un sendero que se internaba en un prado salpicado de espinos.


Las mariposas que reconocía directamente, las iba anotando. Aquellas que no le resultaban conocidas a simple vista intentaba capturarlas con ayuda del cazamariposas ...


e identificarla en mano con la guía de campo ...


Con la fragilidad que se les supone a las mariposas, resultaba sorprendente la resistencia al manejo que presentaban, volando perfectamente tras su liberación.


El itinerario recorría las laderas de varias montañas atravesando gran variedad de ambientes. Una balsa alimentada por un arroyo ...


espinares y prados sobre sustrato silíceo ...


o sobre sustrato calizo ...


Matorrales abiertos de espliego, aliaga y tomillo ...


en la orla de un joven carrascal con sabina negral que prospera sobre unos montes rocosos ...


Este año, Ángel ha realizado 26 visitas, entre el 1 de marzo y el 30 de septiembre, observando un total de 1.938 ejemplares correspondientes a 81 especies de mariposas. Ha sido una temporada marcada por la escasez de precipitaciones y por las elevadas temperaturas que pudo afectar al nacimiento de nuevas generaciones de algunas especies. 

Sin embargo, en relación con las tres campañas anteriores los resultados de los muestreos apuntan a una mayor abundancia total y a una mayor diversidad biológica.

Los meses de mayor actividad corresponden al final de primavera y al principio de verano ...


Entre los resultados destaca la presencia de Erebia zapateri, un endemismo de la cordillera Ibérica meridional que se encuentra recogido en la Lista Roja de las Especies Amenazadas de la UICN y Chazara prieuri, otra mariposa endémica ibero-magrebí considerada como Vulnerable en el Libro Rojo de los Invertebrados de España.

Cuatro años de muestreos sistemáticos que ayudan a comprender la importancia ecológica de estos pastizales de la montaña mediterránea y aportan datos para estudios de ámbito global.