domingo, 29 de octubre de 2017

IX FIESTA DEL CHOPO CABECERO. UNA CRÓNICA EN VERSO HOMENAJE A GLORIA FUERTES

El pasado 21 de octubre se celebró en las localidades de Allepuz y Jorcas la IX Fiesta del Chopo Cabecero. A modo de crónica y en forma de poema, Pilar Sarto nos ha enviado esta poesía que también quiere ser un homenaje a Gloria Fuertes en el centenario de su nacimiento al que se acompaña con fotografías de Rosa Pérez:


Novena fiesta del chopo, 
¿dónde nos juntamos, tú?
La comida será en Jorcas,
la excursión en Allepuz.

Nos sale un día de encargo 
el veintiuno de octubre, 
nos juntamos mucha gente, 
los imprevistos se cubren. 


Chabier explica la marcha 
de los chopos cabeceros, 
dónde será la escamonda 
y por dónde irá el paseo.



El río Alfambra nos marca
el camino a recorrer
hasta el Mas de las Pupilas
para poderlo ver bien.


El otoño está precioso,
es muy bonito el paseo, 
nos dicen cómo vivían
y nos vamos de “bureo”. 


Este chopo tan grandioso
estaba un tanto solico,
le han salido “muchas ramas”
y se ha quedáo contentico.


Allí escamonda dos chopos
¡Don Herminio Santafé!
Y algunos le convencen
pa que rodajas les dé. 


Con las rodajas en mano, 
hacia Jorcas nos marchamos, 
José Azul y sus hierricos 
y luego ya nos sentamos. 
  


Vemos las fotos de chopos
de una buena exposición
Uge y Carlos nos explican
que no tienen fotoshop.


Ya hace un poco de hambre,
nos ponemos a comer, 
¿Cuál será el menú sorpresa
que nos va a sorprender?


Migas con huevo primero, 
costillica de segundo,
un buen pastel de manzana
¡y le llega a todo el mundo!


De recuerdo de este día, 
nos llevamos un vasico, 
y unas buenas sensaciones
de este día tan majico. 


Y para postre especial
todos cantamos el SOMOS,
¡José Antonio Labordeta
ha comido con nosotros!.


Desde las brumas inglesas
Rob McBride nos ha venido
y con el premio del chopo
muy contento se habrá ido. 


Dice que cuando conoces
bajo un árbol a un amigo,
es para toda la vida
¡y todos somos testigos!


Por la noche en Allepuz
¡estupendo festival!,
la novedad de este año:
la juventud musical.


La décima está en la puerta, 
ya nos podemos poner
a preparar esa fiesta
¡tremenda tiene que ser! 


Y colorín colorado, 
con los versos y la voz,
Homenaje a Gloria Fuertes,
se termina la función.

Pilar Sarto (poema) y Rosa Pérez (fotografías)

viernes, 20 de octubre de 2017

TRUCHAS EN LA POZA. ESPERANDO LA LLUVIA

Diez de octubre. Paseo por la ribera del río Alfambra a su paso por Allepuz. Estamos preparando la ruta a recorrer en la IX Fiesta del Chopo Cabecero en un mañana soleada y cálida. En esta zona el río lleva un caudal escaso, muy escaso. Un hilo de agua, más propio de un arroyo que de un río, conecta una serie de pozas .


Las gravas acumuladas en algunas de las últimas crecidas dificultan el paso del agua que las cruza formando un pequeño rápido. 


Y, al tiempo, hacen de presa facilitando la formación de una tabla en la que el agua corre con dificultad y se acumulan las hojas recién caídas de los vecinos árboles ... 


La clásica alternancia rápido-tabla que caracteriza a los ríos mediterráneos de montaña.

Unas lavanderas cascadeñas se acercan a una de las pozas. Yo también. Me fijo y observo movimiento bajo el agua que se traduce en forma de ondas en la superficie. Aquí hay alguien. 


Y, vaya que sí. Decidido y ajeno a mi presencia, asciende un pez a superficie ....


Al poco, asoma fuera del agua la cabeza de una pequeña trucha ...


... supongo que para cazar alguno de los numerosos mosquitillos que sobrevuelan la poza. O eso pienso yo.

El Alfambra es un río de montaña. Pero de la montaña mediterránea. Es un río cuyos caudales sufren importantes oscilaciones de caudal, consecuencia del régimen pluviométrico que caracteriza a este sector de la cordillera Ibérica. 

En la cabecera, siendo las mayores para el conjunto de la cuenca, las precipitaciones son igualmente escasas. El promedio anual es de 550 L/m2. Muy escasas para la notable altitud de la zona (1500-2000 m). Las masas de aire húmedo que entran desde el cercano mar Mediterráneo y remontan la rampa del Maestrazgo y de la sierra de Gúdar, descargan -si lo hacen- al ascender. Cuando superan las montañas y el aire desciende hacia el valle del Alfambra (Alto o Bajo), se calienta y se evapora buena parte del agua de las nubes, pudiendo disiparse. Vamos, que llueve menos. 

Por otra parte, las precipitaciones además de escasas son irregulares, tanto en su estacionalidad como, sobre todo, en su comportamiento interanual. Son comunes los años de sequía, pero también los años con precipitaciones más generosas. El máximo es primaveral, pero también destaca el otoñal y el verano, cuando no son raras las tormentas. 

En cuanto a su comportamiento hidrológico, resalta el escaso caudal del Alfambra para la superficie de su cuenca hidrográfica. En Villalba Alta el módulo anual de 0,92 m3/s equivalente a una aportación media anual de 29,4 hm3. La irregularidad interanual es notable. En Villalba Alta oscila entre 0,20 m3/s y 2,21 m3/s (serie de 52 años). El régimen fluvial tiene aguas altas entre enero y junio con máximo primaveral. El mínimo estival es muy marcado, siendo habitual en los últimos años que en julio y agosto solo exista flujo superficial tras las tormentas. Es decir, el Alfambra se muestra como un río-rambla mediterráneo. En ocasiones, en episodios de crecida, el caudal medio anual puede multiplicarse por más de 50 debiéndose a tormentas locales de fuerte intensidad, por lo que tienen un carácter torrencial siendo muy breves.

En la localidad de Gúdar, las precipitaciones de los últimos doce meses (484,2 L/m2) han sido claramente inferiores a la media (654 L/m2). Una cuarta parte menos de lo habitual. 

Las precipitaciones de Gúdar pueden explicar muy bien el comportamiento hidrológico del río Alfambra a su paso por Allepuz. Y, por tanto, las vicisitudes de las truchas de nuestra poza. Agosto fue un mes inusualmente lluvioso y no por su torrencialidad, precisamente. Sin embargo, septiembre y lo que llevamos de octubre ha sido periodo seco. Poco más de veinte litros en cuarenta días. Este septiembre ha sido de los que "secan las fuentes".

Las truchas, por que era una única sino al menos tres, se encontraba en una poza situada a la salida de un pequeño rápido. En los rabiones, el agua de los ríos se airea más fácilmente aumentando la concentración de oxígeno. Algo que para las truchas es muy importante.


Las truchas del Alfambra están bien adaptadas a la sequedad estival y al estiaje del río. Deben conocer muy bien cuáles son las pozas más profundas, las que reciben un caudal subálveo, las que ofrecen más seguridad ante los depredadores.

Desconocemos la genética de estas poblaciones. Afectada antaño por la suelta de alevines de truchas de variedades alóctonas. Esta práctica fue abandonada por el deseo de evitar la introgresión genética con las poblaciones locales. Años después fue sustituida por la suelta de alevines de la cuenca del Guadalaviar obtenidos en piscifactoría y, en paralelo, protegida mediante la creación de un coto de pesca sin muerte.

Estas truchas tienen un gran mérito de sobrevivir en este río.


Las décadas lluviosas, y las grandes truchas del Alfambra, han quedado retenidas en la memoria de
nuestros mayores por sus gestas de pescar a mano o con trasmallo. No sabemos si volverán. De momento, hay que reconocerles el mérito a las actuales de sobrevivir en un medio difícil.

Y, esperar a que llueva. No tanto por que se extinga la población, pues tienen conexión en Teruel con las del río Guadalaviar (que también lleva caudales muy escasos). Más bien pensando en el futuro de aquellas tres pequeñas truchas de la poza de Allepuz.

martes, 17 de octubre de 2017

FESTIVAL MUSICAL EN ALLEPUZ

En el marco de la inminente celebración el próximo 21 de octubre de la IX Fiesta del Chopo Cabecero en las localidades de Jorcas (Comunidad de Teruel) y de Allepuz (Maestrazgo), el Ayuntamiento de esta última localidad y la Comisión de Fiestas de 2018 han organizado un concierto para dicha fecha que presenta el siguiente programa:

17.30 h. Concierto de Ni Zorra! (rock-punk, Galve)

19.00 h. Concierto de La Monkiband (ska, Zaragoza)

20.30 h. Concierto de Azero (rock rural, La Codoñera)

22.00 h. Cena con la música de Paco Nogué (DJ, Teruel)

23.00 h. Balkan Paradise Orchestra (música balcánica, Barcelona)

00.30 h. Y más música con Paco Nogué


La tarde del sábado 21 de octubre ... ¡superconcierto en Allepuz!

viernes, 13 de octubre de 2017

UN PALOMAR DE CAMARILLAS

El sol está alto en este día de entrado otoño. No llueve desde hace tres semanas. Tres semanas de otoño, antaño la estación de mayores precipitaciones. Cunde la inquietud. Los tractores ya han comenzado a salir a dar vuelta a los barbechos con los cultivadores. Hay que preparar la siembra. Levantan pequeñas polvaredas en el llano, aquí y allá, como pequeños remolinos.  

Carretera de Allepuz a Galve. Una amplia curva se abre poco antes del desvío a Camarillas. Un camino une la ermita de la Virgen del Campo y la masía de Torremocha. Es un tramo del sendero PR-TE 51 que une Camarillas con Galve. Poco antes de cruzar el río Penilla, al pie de un cabezo, se levanta un pequeño monumento.


Se trata de un solitario palomar. Tan sencillo como altivo. Un palomar exento, alejado del pueblo, levantado entre los campos de secano pero no lejos del arroyo. Es un palomar-torre de los de planta cuadrada, de los conocidos como "pied de mulet" (pie de mulo), por los muretes que orlan el tejado, similar a los palomares propios de los paisajes rurales del Midi francés.

Sigue el patrón tradicional en cuanto a su orientación. Hacia el saliente y el mediodía, para beneficiar a las palomas de los primeros rayos de sol de la mañana. Con un tejadillo a un agua que hace el papel de carasol, de solanar, bien protegido del cierzo por muros de piedra en sus tres lados. Tejadillo abierto por una ventana que permite iluminar la estancia interior, facilitando el trabajo del palomero. Y, como acceso frontal, una sencillay recia puerta elaborada con tablas bien claveteadas. 


Construida con piedra, resiste bien el embate del tiempo. Las calizas y areniscas cretácicas que afloran en esta parte del término de Camarillas se abren formando piedras de caras rectas. Las esquinas están armadas con sillarejo y los muros, aún siendo de mampostería, ofrecen piedras bien encaradas aún visibles en la fachada frontal tras el lucido y, sobre todo, en las laterales.

Las piqueras, igualmente, están abiertas hacia el mediodía. Cada cual con un loseta, repisa en la que se posa la paloma al entrar o salir al edificio. Piqueras abiertas, bien directamente entre piedras, bien delimitadas por ladrillos. Eso sí, todas ellas, de luz cuadrangular.

  

Este palomar-torre, como otros muchos del Campo Visiedo y del valle del Jiloca, eran mucho más parecidos a los de la Provenza que a los palomares de las llanuras cerealistas de Castilla. Algunos investigadores sugieren que el importante flujo comercial existente durante los siglos XVII y XVIII entre esta parte de Aragón y las regiones centrales y meridionales de Francia, en forma de mercaderes de lana, productores metalúrgicos o tratantes de mulos, pudo introducir en estas comarcas las técnicas constructivas de cría de las palomas. Unas relaciones humanas que se truncaron brusca y definitivamente tras la Guerra del Francés (1808).

Estos palomares nunca debieron ser más que una actividad económica complementaria en un marco de aprovechamiento integral de los recursos naturales. Los pichones obtenidos en los meses de primavera y verano eran una fuente de proteína en la dieta. Y la palomina, retirada periodicamente para mantener aseada la colonia, era un fertilizante en los huertos locales o un producto a vender a compreros valencianos.   

Las familias propietarias concedían importancia a su palomar. Como a cualquier otro bien de la hacienda sí, pero de un modo algo especial. Al margen de los productos generados -rentas menores, por lo común- estos edificios tenían una consideración que trascendía lo económico. La paloma ha tenido en las culturas mediterráneas una enorme carga simbólica, representando la espiritualidad, la paz y la inmortalidad. En la época romana, los columbarios eran edificios muy similares en forma y estructura a los actuales palomares, en cuyos nichos interiores se alojaban las urnas con las cenizas de los difuntos obtenidas tras su incineración. Esta práctica funeraria no se extendió en la era cristiana. Sin embargo, y siguiendo leyes no escritas, los padres transmitían un sentido de raigambre familiar a los hijos al enseñarles el aprovechamiento y cuidado del palomar, con una perspectiva de continuidad en el tiempo de la estirpe.    

Al margen de su interés etnológico, antropológico o histórico, estos palomares son monumentos. Sencillos pero auténticos monumentos. Estos edificios se debían a su funcionalidad: ofrecer un refugio y lugar de cría al mayor número de palomas y facilitar el trabajo del propietario en su interior. Pero, al mismo tiempo, estos palomares exentos presentaban un gran sentido de las proporciones y de la estética. En su arquitectura popular se esconde una arquitectura culta. Eso sí, una arquitectura sin arquitectos.



Estos palomares entraron en crisis, como tantos aprovechamientos tradicionales, cuando se desploma la sociedad agraria a mediados del pasado siglo. Su escasa rentabilidad, la mejora en la alimentación en una economía global, el éxodo rural y otros cambios sociales dejaron en el olvido esta práctica. El remate fue la captura masiva de palomas para su venta destinada al "tiro a pichón", modalidad deportiva que emergió en los '70 con el acceso masivo a las escopetas por la población, que dejó a los palomares prácticamente vacíos. Hoy, prácticamente todos, están abandonados en el Alto Alfambra y el Campo de Visiedo.

Estos palomares, como otras obras de la arquitectura civil, conforman en sí mismo todo un patrimonio. La técnica constructiva es un fiel reflejo del saber popular, de los recursos económicos y del flujo de conocimientos en cada momento histórico. Su indudable belleza, resaltada por su aislamiento y elevación sobre terrenos abiertos, les otorga de un gran valor escénico en el marco de un territorio, el Alto Alfambra, que reúne un paisaje cultural de gran singularidad. La cría de la paloma es una modalidad de aprovechamiento ganadero en peligro de extinción que tiene una vertiente etnológica, tanto por su saber hacer, como por la tradición oral como por su producto, los pichones que eran preparados y consumidos en los hogares, una parte de la gastronomía local. En tierras castellanas vuelven a recuperarse los palomares para la venta de los pichones en restaurantes de prestigio. Es posible que no todo esté perdido.

lunes, 9 de octubre de 2017

IX FIESTA DEL CHOPO CABECERO. 21 DE OCTUBRE EN ALLEPUZ Y JORCAS

Desde hace años se están realizando actividades encaminadas a difundir los valores de los chopos cabeceros, unos árboles añosos y monumentales obtenidos cuidados por los campesinos en los valles de la cordillera Ibérica. 

La Fiesta del Chopo Cabecero es una iniciativa en esta toma de conciencia y un punto de referencia para promover su recuperación. Se plantea como una jornada que cada año permite conocer las arboledas mejor conservadas, como una ocasión para celebrar la entrada del otoño en uno de los ambientes más hermosos, como un foro para celebrar y difundir los actividades realizadas, así como un ámbito de reconocimiento a la cultura popular, el paisaje y la biodiversidad asociada a este elemento patrimonial. 

El objetivo principal es que la sociedad y las instituciones conozcan este gran patrimonio natural, cultural e histórico constituido por unos bosques añosos y singulares se extienden por las riberas, especialmente, de la provincia de Teruel. 


Es una fiesta itinerante que va a celebrar su novena edición. Cada año tiene lugar en una localidad distinta. Este año tendrá lugar el próximo 21 de octubre en Allepuz (Maestrazgo) y Jorcas (Comunidad de Teruel), en la ribera del río Alfambra, al pie de las sierras de Gúdar y de El Pobo. 

Precisamente este año queremos celebrar la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial a la cultura del chopo cabecero por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón (Decreto 175/2016, de 30 de noviembre).


Los chopos cabeceros son el fruto de un aprovechamiento agroforestal tradicional. Son grandes chopos negros que han sido cuidados durante siglos por los agricultores para producir vigas, leña y forraje a partir de su ramaje. El particular porte de estos árboles es el resultado del desmoche, práctica que consiste en podar a una cierta altura todas las ramas del árbol dejando tan sólo la base del fuste. Son, pues, árboles trasmochos. 

Los árboles trasmochos forman parte de los paisajes rurales de Europa desde la Edad Media. Diversas especies de árboles han sido gestionadas para compatibilizar la obtención de madera en entornos deforestados y en los que pastaba el ganado creando pastos arbolados de gran interés ambiental. Los chopos o álamos negros son árboles comunes en Europa, sin embargo es muy raro encontrarlos como árboles trasmochos lo que no ocurre en la cordillera Ibérica y, especialmente, en la provincia de Teruel, donde se encuentran las mayores masas del continente y donde, además, aún se mantiene viva la cultura que los ha producido y conservado.


La madera era utilizada como vigas para la construcción y, en menor medida, como leña y forraje para el ganado. Esta práctica mantenía al árbol en un crecimiento prácticamente continuo e incrementaba su longevidad. Es un ejemplo de aprovechamiento sostenible. De esta forma la mayoría de éstos árboles adquieren unas dimensiones considerables, dignas de árboles monumentales


Los chopos cabeceros del sur de Aragón conforman una de las mayores concentraciones de árboles añosos de la península Ibérica, un paisaje de gran singularidad dotado de personalidad propia, un acervo cultural tradicional legado por los antepasados, una arquitectura vegetal sin igual y, el hábitat de una gran variedad de seres vivos que encuentra en ellos alimento y refugio, entre los que destacan los insectos saproxílicos, los murciélagos y las aves forestales.


Se asume que uno de los pilares del patrimonio de un pueblo son las construcciones humanas erigidas a lo largo de su historia. Palacios, iglesias o castillos son, además, de monumentos apreciados por la sociedad, un recurso turístico de importancia en la economía local. Los árboles añosos y robustos, como muchos de los chopos cabeceros, deben ser considerados auténticos monumentos, resultado del quehacer de la Naturaleza y del saber de las personas. Las arboledas de álamos trasmochos de la cordillera Ibérica, preferentemente en tierras turolenses, son un tesoro etnológico que enorgullece a sus habitantes y un valor cultural único en Europa.

Igualmente este año, aunque aun se encuentra en su fase de tramitación, queremos celebrar la próxima declaración del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, donde se ubican Allepuz y Jorcas, por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Por este motivo, el tema de este año en la fiesta es “un parque cultural”.


En la misma se entregará del Premio Amigo del Chopo Cabecero a Rob McBride, conocido divulgador inglés de los árboles en Europa.

Este es el programa:

9.50 h. Recepción, bienvenida y presentación de la IX Fiesta del Chopo Cabecero junto al cruce de la carretera Teruel-Allepuz (A-226) y Gúdar-Jorcas (A-228), cerca de la Venta Liara (Allepuz). 

10.00 h. Inicio de la excursión por la ribera del río Alfambra hasta la Masía de las Pupilas (2,5 km) paseando por un precioso bosque de ribera de chopos cabeceros enmarcado en un paisaje de cultivos, pastos y masías que caracteriza al Alto Alfambra. 

11.00 h. Cerca de la Masía de Las Pupilas habrá una demostración de escamonda de un chopo cabecero por el reconocido motosierrista Herminio Santafé. 

12.00 h. Retorno a pie hasta el punto de inicio en Allepuz por la misma ruta. 

13.45 h. Desplazamiento en coches particulares hasta Jorcas. 

14.00 h. Inauguración de la exposición fotográfica del “IV Concurso de Fotografía sobre el Chopo Cabecero” en el pabellón de Jorcas

14.30 h. Comida popular, en el pabellón de Jorcas. 

16.00 h. Información sobre la tramitación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra por la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón. 


Fallo del "IV Concurso de Fotografía sobre el Chopo Cabecero” 


Entrega del título Amigo del Chopo Cabecero 2017 y homenaje a Rob McBride, estudioso y divulgador inglés de los árboles viejos, por su trayectoria de promoción del chopo cabecero en Europa. 

Palabras de las asociaciones culturales y de las autoridades. 

La inscripción para la comida se formaliza con el ingreso de 12 euros (6 euros menores de 10 años) antes del 18 de octubre en la cuenta ES65 3080 0048 9023 7929 7217 indicando el nombre y apellidos. Para reducir residuos quien lo desee puede llevar su propio cubierto y vajilla. 

Organizan 

Ayuntamiento de Allepuz - Ayuntamiento de Jorcas - Centro de Estudios del Jiloca 

Colaboran 

A.C. 4 Gatos- A.C. La Bruja Andarina - Comisión de Fiestas de Allepuz - Comisión de Fiestas de Jorcas - Parque Cultural del Maestrazgo- Candidatura Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra - C.E.A. Ítaca – Voluntarios- Ivvis 

Contactos: secretaria@xiloca.com / alcaldiadeallepuz@gmail.com 

Teléfono: 978730645 Más información: www.chopocabecero.com

Para cualquier información pueden ponerse en contacto con:

Centro de Estudios del Jiloca: 978730645 / secretaria@xiloca.com

viernes, 6 de octubre de 2017

FLORECE LA SEMENTERA

Los Jadreales, en Ababuj. Mañana fresca de primeros de septiembre. La niebla aún sigue instalada en el fondo del valle. Paisaje ganadero. Parideras y pastos. Extensos e inabarcables pastos que remontan hasta los altos de la sierra del Pobo, donde se precipita ya el valle del Bajo Alfambra.

El verano ha venido seco, nada nuevo. Sin embargo, la última semana de agosto dejó más de 20 litros. No mucho, pero lo suficiente para activar procesos que estaban preparándose bajo tierra. Como la floración de una de las plantas de monte más populares. 


En la Sierra es conocida como "sementera". Esta planta comienza a florecer cuando también lo hace la temporada de siembra de los barbechos preparados en los meses anteriores. Otras personas de la zona, por su aspecto, le llaman  "azafrán de monte".

Su nombre científico es Merendera montana. Es una planta bulbosa que florece desde finales de agosto hasta primeros de octubre. Por ello, en el Alto Aragón se la conoce como "espachaveraneantes", aunque tecibe otros nombre como "escusameriendas", "espantapastors" o "mataborregos".

Es un endemismo de la península Ibérica que tiene una extensa distribución y abunda más en las cordilleras que en las depresiones.

La floración de la sementera es tan espectacular como efímera. Un par de meses después produce las hojas que permanecen durante todo el invierno para secarse después. Toda la planta contiene colchicina, un principio activo con acción anticancerígena al ser capaz de inhibir la división celular. Es una planta tóxica que es evitada por el el ganado, de ahí algunos de los nombres populares. 

Es por ello que prospera en los pastizales. El selectivo diente de la oveja sujeta a plantas con las que compite lo que le resulta beneficioso. 

Las lluvias de agosto, retenidas en las arcillas de la paramera, son la garantía para la floración de la sementera. Los años de veranos lluviosos producen floraciones explosivas. Este año, la florada es más discreta.

Los veraneantes se han ido. Aún quedan algunos jubilados que esperan hasta el Pilar para sacar las patatas y coger alguna seta de cardo o algún rebollón, si el tiempo acompaña. Ahora el pueblo rebosa de calma. Es el momento para saborear estos días frescos y tranquilos del primer otoño. 

martes, 3 de octubre de 2017

II FERIA-SEMINARIO MICOLÓGICO EN GÚDAR

Los hongos son un mundo aparte. Mejor dicho, son un reino aparte del resto de los seres vivos. Comparten rasgos comunes con los animales, con las plantas y con otros organismos. Pero, a la vez,  presentan ... ¡múltiples singularidades!

Para los científicos son organismos fascinantes. 

Empezando por su estructura, marañas de filamentos trabados entre sí. Siguiendo por su nutrición, relación y reproducción. Continuando con sus funciones dentro de los ecosistemas terrestres. Por su edad (2.400 años) o su tamaño (900 hectáreas) o su peso (600 toneladas), como es el caso de una Armillaria estudiada en el estado de Oregón (EEUU). 

Se conoce bien su papel en la descomposición de la materia orgánica muerta dentro de los ciclos biogeoquímicos permitiendo la circulación permanente de los elementos químicos entre los sistemas terrestres. O su rol en el control de las poblaciones, por su capacidad de parasitar e incluso matar a ciertos organismos. Y, en especial, las complejas interacciones que establece con las plantas a través de sus raíces, a las que permite multiplicar su eficacia en la nutrición, establecer comunicaciones con otras plantas vecinas o proteger de la infección de organismos patógenos. El conocimiento del funcionamiento de los bosques (o cualquier otro bioma terrestre) está cambiando profundamente conforme se profundiza en la fisiología de los hongos.


Los hongos también crecen en los bosques y en los prados del Alto Alfambra. Y, desde hace unas décadas, son recolectados primero por nuestros vecinos catalanes y valencianos, y poco después por las gentes de la zona. Es muy agradable recolectar hongos. Pasear en silencio por el monte, encontrarlos asomando el sombrerillo entre el musgo y el humus, compartirlos en una comida con amigos y familiares ...

Y también constituyen un recurso económico. Muy fluctuante, eso sí, en función de las precipitaciones, tan irregulares en los ambientes mediterráneos como es el nuestro.


Buscar hongos en el bosque moviliza a miles de personas cada otoño. Grupos de familiares o de amigos que acuden desde la ciudad para llenar una cesta y llevarla de vuelta a casa. Personas que, en mayor o menor medida, dan vida a los alojamientos turísticos, hosteleros y a otros servicios de la Sierra. Pero, también, grupos profesionales que hacen de la recolección un negocio. Un negocio a gran escala que tiene una repercusión mínima en el territorio. Otro recurso económico que se marcha.

Lámina de hongos comestibles de la sierra de Gúdar. Fuente: Demetrio Vidal

No es bien conocido el impacto que tiene la recogida de los hongos sobre los ecosistemas en los que crecen. Lo que sí que es evidente es el ruido, las basuras, la remoción del humus y la destrucción de especies poco apreciadas que se produce. Y hay que ordenar esta actividad para evitar estos impactos.

Los centros de investigación llevan tiempo estudiando las posibilidades del aprovechamiento micológico de los bosques. En el sur de Aragón también se han puesto en marcha diversas iniciativas para intentar regular la recogida de hongos de forma que revierta ingresos en las economías locales. 


En este marco se contempla la actividad que este fin de semana organiza el Ayuntamiento de Gúdar. Tiene un poco de todo. Salir al campo, aprender a diferenciar especies, conocer los riesgos del consumo, disfrutar de la gastronomía local, entablar un buena conversación entre la música y la hoguera ... pero también aprender cómo en otras tierras están gestionando este recurso. 

Este es el programa:

Viernes, 06 de octubre de 2017.

A partir de las 19.00 h. recepción de participantes y entrega de material. Lugar: planta baja del local municipal.

20.00 horas: Charla: “Generalidades de los hongos e iniciación a la micología” Lugar: 2ª planta local municipal. Ponente: Demetrio Vidal Agustín. Biólogo.

Sábado, 07 de octubre de 2017.

08:00 h. Salida al monte en grupos organizados acompañados por guías locales y expertos micólogos. Lugar: planta baja del local municipal.

12:00 h. Regreso al pueblo y reencuentro de los grupos y determinación de especies seleccionadas por los micólogos. Lugar: planta baja del local municipal.

13.00 h. Inauguración del Mercadillo micológico, agroalimentario y artesanal abierto hasta las 20.00 h. Lugar: Carpa portátil.

14.30 h. Comida libre. Los establecimientos de la localidad ofrecerán un menú micológico para los clientes que lo deseen.

17:00 h. Inauguración II Seminario Micológico de Gúdar. Lugar 2ª planta local municipal.

  • 17:15 h. “Introducción a la clasificación e identificación de los hongos” Ponente: Eleazar Suárez Vaamonde. Investigador.
  • 18:15 h. “Hongos tóxicos. Síndromes con periodos de incubación largo”
Ponente: Pilar García Sánchez. Servicio de Medicina Interna del Hospital Obispo Polanco de Teruel.

20:00 h. “Exhibición gastromicológica” a cargo de Eva Pacheco y Alonso Sáez, gerente y cocinero de El Mijares multiservicio rural de Olba (Teruel). Lugar 2ª planta del local municipal.

20:30 h. Encendido de la Hoguera, a continuación cena de sobaquillo para los que quieran terminar la jornada cocinando los propios ejemplares recogidos. Amenizado con música folk tradicional.


Domingo, 08 de octubre de 2017

08:00 h. Salida al monte en grupos organizados acompañados por guías locales y por expertos micólogos. Lugar: planta baja del local municipal.

10:00 h. Reapertura del Mercadillo micológico, agroalimentario y artesanal, abierto hasta las 19.00 h. Lugar: Carpa Portátil.
12:00 h. Regreso de los grupos que han salido al monte y determinación de especies. Lugar: planta baja del local municipal.

14:30 h. Comida en los restaurantes de la localidad que ofrecerán en sus instalaciones el Menú Micológico Solidario 2017. Precio del Menú: 15 Euros para adult@s, 10 Euros para niñ@s. El 20 % de lo recaudado se destinará a la Agrupación Turolense de Asociaciones de personas con Discapacidad Intelectual (ATADI).

17:00 h Continuación II Seminario Micológico de Gúdar. Lugar 2ª planta local municipal.

  • 17:00 h.”El Paisaje Cultural del Chopo Cabecero en Gúdar y el Alto Alfambra” Ponente: Chabier De Jaime Lorén. Doctor en Geografía y Ordenación del Territorio
  • 18:00 h. “¿Qué es un parque micológico? Micología y desarrollo rural en Gúdar”. Javier Gómez Urrutia. Micopark, empresa gestora del parque micológico de Ultzama (Navarra).

19.30 h. Clausura del fin de semana micológico.

¡Un magnífico plan para este finde!