Existen unas plantas llamadas nazarenos, debido a su color, que su raíz es un bulbo. ¿Sabíais que las aliagas tienen hojas durante unos días antes de tirarlas? Nosotros pudimos verlas. Observamos también vizcoderos (majuejo o espino albar), hierba de los ballesteros, llamada así porque los ballesteros usaban su jugo para envenenar las flechas con las que mataban a sus enemigos. Nos paramos en varios endrinos en flor ...
... y Chabier nos comentaba que cuando saca la flor el vizcodero, ya se pueden plantar las tomateras.
Pero aún hay más todavía porque nos ilustró sobre la planta diente de león y yema de oro.
Aprendimos que los chopos pueden ser machos o hembras según el tipo de flor que tienen y que ahora estaban llenos de unas vainas con un líquido que hace de anticongelante y su función de funda es proteger a las diminutas hojas que han nacido. En breve, esas vainas se expulsarán y las hojas se abrirán mostrándose cada vez más grandes.
Pero aún hay más todavía porque nos ilustró sobre la planta diente de león y yema de oro.
Aprendimos que los chopos pueden ser machos o hembras según el tipo de flor que tienen y que ahora estaban llenos de unas vainas con un líquido que hace de anticongelante y su función de funda es proteger a las diminutas hojas que han nacido. En breve, esas vainas se expulsarán y las hojas se abrirán mostrándose cada vez más grandes.
No sólo hubo encuentros con las plantas, arbustos y árboles. Conocimos a multitud de insectos, entre ellos, la aceitera.
La aceitera si la molestamos produce un líquido tóxico que puede irritarnos la piel. Pero fijaos que aprendimos que las avutardas, aves de mayor peso de la península, les encanta comer aceiteras porque esa sustancia que produce, aunque tóxica, les ayuda a eliminar parásitos internos y eso hace que sus plumas de la cloaca sean más blancas y atractivas para las hembras. Como podemos constatar, todo tiene un sentido en la naturaleza y ese equilibrio hay que intentar no destruirlo.
Por fin llegamos a Aguilar del Alfambra pero antes fuimos a ver el chopo cabecero del Remolinar con 250 años de antigüedad, el cual quedó finalista (tercera posición entre catorce candidaturas) en el concurso de "Árbol Europeo del Año 2015"
Después de nuestro gran paseo naturalista, llegamos al pueblo y comimos cerca del bar. Allí aprovechamos para comprarnos refrescos, helados y chuches. Se sorprenderían los habitantes de Aguilar del Alfambra viendo tanto zagal correteando por sus calles silenciosas.
Después de comer nos acercamos al Aula de Naturaleza del Chopo Cabecero y descubrimos entre paneles y fotografías, más cuestiones sobre este árbol y su hábitat. Además tenéis que saber que el padre del escritor Vicente Blasco Ibáñez nació en Aguilar del Alfambra.
Para poner el broche final a este maravilloso día, nos acercamos a la quesería "Quesos Hontanar" que está en la misma localidad. Milagros nos la enseñó explicando muy bien todo el proceso que conlleva hasta que se comercializa el queso.
¡Hasta pudimos ver la nave con las ovejas y corderos de la raza ovina Assaf ...
y cómo las ordeñaban!.
Después, degustamos varios tipos de queso que producen y hasta compramos alguno.
Como veis, fue una jornada muy educativa y cargada de aprendizaje. Seguro que los niños aprendieron muchas cosas que nunca olvidadán.
Y hablando de olvidos, lo que consideramos que nunca hay que olvidar es quienes somos y de dónde venimos. Nuestro territorio es por excelencia natural y muy hermoso. Preñado de mucha diversidad natural que hay que conocer, difundir y sobre todo preservar. Tenemos muy cerca de nosotros una riqueza natural de valor incalculable. ¡Salgamos más al campo!¡Conozcamos que nos brinda! Él, nunca nos fallará y devolverá a cambio de nada muchas alegrías y serenidad.
Para finalizar, desde el C.R.A. Teruel 1 damos las gracias a la Comarca Comunidad de Teruel (Cultura y Patrimonio) por haber financiado la actividad no suponiendo gasto alguno para nosotros y también a nuestro guía Chabier que por momentos nos recordó a la magnífica película de José Luis Cuerda "La lengua de las mariposas" donde su maestro Don Gregorio (actor Fernando Fernán Gómez) enseña a sus pupilos el lenguaje de la naturaleza entre paseos y felicidad.
José Mª Martínez (texto y fotos)
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